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El blog se muda

miércoles, 17 de abril de 2013

La primavera la sangre altera.

Después de más de 7 meses soportando malas caras, entrecejos fruncidos, acelerones y frenazos bruscos e innumerables "¡date prisa!", ayer me crucé con los dos conductores de autobús más simpáticos de todo el país.

El primero respondió a mi pregunta con una sonrisa de oreja a oreja y cierto tono risueño en su voz. Me indicó, nuevamente con una sonrisa, la parada donde debía bajarme y hasta me deseó "que tengas una buena tarde". El segundo, casi a las once de la noche, me indicó por lo bajo y también con una sonrisa que pasara al autobús sin pagar, pues solo llevaba un billete de £5.

No sé si es que el buen tiempo ha afectado seriamente el humor de este gremio, o es que ayer tuve la suerte de cruzarme con los dos únicos conductores de autobús que todavía parecen pertenecer a la raza humana.