La vida en el campus

Tras la clase que acabo de tener, me he decidido por fin a hablar un poco de la vida de estudiante en América y, un poco más concretamente, en el campus Lakeshore de la Universidad de Loyola que es donde estudio.

Exteriores de la biblioteca. Fuente: luc.edu

Lo primero que tengo que decir es que este campus es precioso. Tiene una zona central con un parque muy bonito y una fuente que llevan al Information Commons (donde tengo clase) y a la biblioteca. No he podido ver muchos más edificios porque al ser verano están cerrados, pero poder ver los exteriores ya vale la pena.

Vista general del campus: luc.edu

Fuente central en el Information Commons: luc.edu

Las paredes del edificio donde doy clase son todo ventanales, lo que permite ver la playa a cualquier hora y disfrutar del sonido de las olas rompiendo contra la costa. Tienen varias filas de butacas colocadas mirando a estos ventanales, es el sitio ideal para leer o estudiar (aunque esto último sea algo más difícil, a mi me costaría muchísimo concentrarme).

Respecto a las clases, hay una grandísima diferencia con las clases en cualquier universidad de España. Lo que más nos ha sorprendido a los españoles que estamos aquí es la costumbre de beber y comer en el aula. Mientras el profesor está explicando teoría, lo más normal es ver a un par de alumnos con su café del Starbucks, a otro con una barrita de chocolate e incluso a otro alumno abriendo una bolsa de patatas fritas y comiéndolas en mitad de la explicación. Pero lo que más me impresionó fue que el profesor también bebía sin problema en clase: una botella de Coca Cola, un café o una lata de la famosa bebida Dr. Pepper (que es, a fin de cuentas, bastante parecida a la Coca Cola).

Las clases son más participativas que en España, el profesor plantea una cuestión y espera que nosotros, los alumnos, sentados en una especie de mesa redonda, hablemos del tema y demos nuestra opinión. Hay menos horas lectivas pero se espera más trabajo en casa por parte del alumno.

En la librería de la universidad puedes encontrar todo el material necesario para cualquier asignatura. Una cosa muy curiosa es que en la misma libreria te venden libros de segunda mano de estudiantes de otros años, o incluso te los alquilan (aunque a un precio un poco alto para ser un simple alquiler temporal).

La comida en el comedor está muy bien (la verdad es que venía con la idea de comida basura por todos lados, así que cuando vi que además tenían cosas como pasta y ensalada me alegré bastante), aunque si tuviera que decidir me quedo sin duda con los comedores de la universidad de Granada. Comer aquí te cuesta $8 y cenar $9, lo que en mi opinion supera con creces lo que un estudiante se puede permitir.